Haciendo acopio para mis pequeños leones, que todo se lo comen o lo babosean en mordiscos ansiosos, o lo desparraman por ahí... A veces ni siquiera lo digieren y ya me piden más.
No les reprocho nada, yo misma viviré de rumiar este curso intenso y feliz, cuando ya no los tenga, pero lo cierto es que ahora mismo daría cualquier cosa por irme a dormir.
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