jueves, 27 de septiembre de 2012



No hubo ninguna cita
ni palabras
ni un beso
ni consuelo
ni risa
ni llanto
ni perdón.
No nos juntamos en ciudades lejanas
ni en iglesias
ni hoteles
ni te miré cuando no te dieras cuenta por el retrovisor.
Pero a estas horas te creo trabajando
en tus nuevas tareas
como yo estoy también.
Eso nos une sin saberlo siquiera y así nos entendemos 
con este hilo invisible por fin otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.