domingo, 3 de abril de 2011

jueves, 31 de marzo de 2011

Sussex


Los bucles en el tiempo en Sussex son reales (doy fe) :
Aun se mantienen brillantes como siempre los cientos de espejitos en las Vespas, titilando on the road. 
Y, por supuesto, the Seven Sisters Cliffs imperturbables, mientras el mar va royendo infatigable su gran telon de pebbles...
(Cuando un escaparate de guitarras reune a rockers y mods me doy cuenta de que todo es posible).


viernes, 25 de marzo de 2011

Quadrophenia (hacia un uso más racional y sostenible del territorio…)


Grave advertencia me lanzan sobre el landscape: Brighton no tiene ya nada que ver con las escenas de despejada libertad y es imposible encontrar un hiato claro entre el final de Londres y los acantilados.
Justo cuando sentía tan cerca la nostálgica llamada de los mods (Quadrophenia, 1979 por Franc Roddam) me ponen sobre aviso que no espere virajes al pasado, porque el uso insensato de este suelo ha consumado, antes que en ningún sitio, el temido y antiestético fenómeno de conurbación.
Me pierdo pues, irremediablemente, un jueves más, el lamento elocuente sobre el tema: “¿Cuántas más viviendas mejor?” (31 de marzo, 19 h. Auditorio de la Casa Encendida) pero, a cambio, espero hallar en persona la crepuscular esperanza desde el centro de esta pionera región…

Ciclo de conferencias: “Hacia un uso más racional y sostenible del territorio”
Hasta mayo de 2011
La Casa Encendida
Ronda de Valencia, 2. Madrid

miércoles, 23 de marzo de 2011

Daniel Canogar: Vórtices


No andemos por las ramas: nuestro cuerpo es basura.
Si el excedente de este ritmo de vida compulsivo-derrochador acaba en gran medida en ríos y mares, no es temerario pensar que, a su regreso, el agua nos invada con carroña.
Alrededor de este asunto trascendente giran las seis instalaciones que Daniel Canogar ha creado expresamente para esta extraordinaria exposición.
¡Qué poético el trabajo de este artista, destilando belleza de los desechos infames de esta despilfarradora sociedad!
Nos razona el catálogo las tres categorías para el reciclaje residual, y en las tres gana el oro:
-Por reciclar en el sentido estricto –aprovechando los objetos como materia prima para fabricar otros: Caudal, 2011. (Características técnicas: Agua, 9 sanitarios reciclados, animación de 3’ proyectada en bucle, proyectores, discos multimedia, latiguillos reciclados y conexiones hidráulicas, bomba acuática de presión, balde metálico). Si el Corán nos describe el rumor de las fuentes en el Paraíso, tal vez sea este nuestro próximo Patio de los Arrayanes…-.
-Por reutilizar –cuando vuelve a emplear ciertos productos con la misma intención que en su primitivo uso: Tajo, 2011. (Características técnicas: Agua, 180 botellas de plástico recicladas, 180 pesas de hierro, hilo de pesca, tensores, 18 pletinas de hierro, discos multimedia, 18 proyectores, 18 animaciones de 3’30” de duración proyectadas en bucle). ¡Esto es impresionismo, la esencia lírica de las reverberaciones de color…!-
-Y por readaptar –destinando las piezas a un uso diferente que en sus días de estreno: Presión, 2011. (Características técnicas: 20 kg de tuberías de cobre reciclado, hilo de pesca, animación de 3’ de duración proyectada en bucle, proyector, disco multimedia). Aún más impresionante que un módulo de Calder emergiendo bajo la sinfonía de la primera revolución industrial…
Como en el “yo no busco, encuentro” de Picasso, así es el Demiurgo del siglo XXI: regenerando la vida, reordenando el caos contemporáneo y removiendo conciencias, ya de paso.

Daniel Canogar: Vórtices
Hasta el 10 de abril de 2011.
Fundación Canal
C/ Mateo Inurria, 2
Madrid

lunes, 21 de marzo de 2011

Gabriel Manelli (1969-2008)


¡Qué inmensa la tristeza cuando conocí tu historia!
y aún mucho más porque sigo descubriendo todo lo que has dejado
(¡cuántas vías abriste!).
Como la línea continua de tu bajo
qué necesario el sustento que alimenta
el resto de las voces
y qué huecas me suenan en tu ausencia.

domingo, 20 de marzo de 2011

La ciudad es una selva. Recuerdo de Iquitos.


Reza la expo: “Situada a orillas del Amazonas, Iquitos representa en el imaginario peruano una suerte de oasis cultural, cargada con un encanto y exotismo incomparables, donde se habla cantando y se anda bailando al ritmo de las aguas del río; donde la felicidad se pasea en canoas, motos y mototaxis; y donde la sensualidad está presente en cada detalle. Una ciudad fosforescente, donde lo real parece estar pintado en las paredes de los bares, discotecas y restaurantes, y donde el sueño y la alucinación pasean libremente por las calles.”
Difiero radicalmente de la historia escrita desde el centro. Mucho se habla, afortunadamente, sobre todo desde el último decenio, de la historia desde la periferia, donde tunear el modelo hasta darle otro color.
Bajo esta perspectiva se nos presenta en la Casa de América, hasta el 22 de mayo, esta exposición sobre una ciudad donde, sin duda, la propia naturaleza, indomable en su instinto, condiciona hasta el último rasgo de la vida de sus habitantes, e incluso sus propios genes.
En geografía política estudiamos cómo adaptarnos a las condiciones naturales de nuestro biotopo: las zonas industriales de las tierras templadas del Hemisferio Norte localizadas a sotavento de las áreas metropolitanas y no sé cuántas precauciones más… pero cuando la naturaleza es apabullante y voluptuosa, el carácter de sus gentes se somatiza en consecuencia, y no hay cánones que valgan.
(Ya oí hace años de la experiencia impresionante de conducir por la Transamazónica, cuando tramos enteros de calzada desaparecen bajo lodo y raíces…)

La ciudad es una selva. Recuerdo de Iquitos.
Fotografía contemporánea, hasta el 22 de mayo.

Casa de América
Paseo de Recoletos, 2
Madrid.  

sábado, 19 de marzo de 2011

Jean Siménon Chardin (1699-1779)


Se hace evidente otra vez la teoría de las obras de arte como grandiosas maquinarias que funcionan.
Chardin, en esta ocasión como un gran relojero, suelta resortes desde un punto inicial en sus pinturas, y desencadena todo con delicadeza y precisión.
Es admirable la intensidad de algunas partes y el crudo realismo (como en la “Liebre de la pólvora”, 1728) recibiendo al visitante de esta deliciosa exposición, frente a los fondos ambiguos de la escena, como un ejercicio abstracto. Y cómo los soportes de su espacio, donde ancla los objetos, y los objetos mismos, se convierten en juegos de arquitectura, mecanos y circuitos por los que se deja la mirada resbalar.
Podrías estar horas absorto en cada obra, entendiendo cómo pone a tu alcance el ala desplegada de la perdiz colgante de Karlsruhe (1928), con su brillante concavidad tendida como un puente que llega a las ciruelas.
De su afamada raya del Louvre dijo Diderot: “que era un secreto cómo el talento podía salvar el rechazo de ciertas cosas repugnantes”, y así surge la belleza entre lo considerado feo. Es bella en esta pieza su armonía de composición, los blancos equilibrios, los juegos que se adentran y se atrasan hacia/desde el plano del espectador, y hasta las tripas de la raya, brillantes y sensuales como carne de la amada.
Chardin es como un mago, como un ilusionista dejándonos miguitas en el recorrido de lo que nos quiere presentar (o migas literalmente: “Los preparativos de un almuerzo”, 1726-27).
Relojero, arquitecto, Pulgarcito… construyendo sus juegos celulares bajo la aparente cotidianeidad.
Y, de repente, hay un punto de inflexión: en 1733 Chardin comienza a introducir personas, por motivos artísticos y porque el mercado los pagaba mejor. Pero los nuevos habitantes de sus obras saben ensimismarse para no evaporar el encanto de sus micromundos aislados del exterior. Y sólo un macaco tiene la osadía de mirarnos desafiante e interpelador (“Los atributos de las artes”, 1731).
Sin embargo, prefiero sus composiciones desde el 48, cuando vuelve al bodegón. En los 50 y 60 los complica aún más que en sus inicios, con docenas de frutas, porcelanas, orfebrería y cristal. Y desarrolla un cuidado excepcional por las luces y las sombras, las transparencias y reflejos vaporosos como en una evanescente ensoñación.
Cuando vuelva a Aranjuez cada mañana, y vea tendidas en la carretera todas esas piezas arrolladas y en proceso de descomposición, ya no parecerán tan nauseabundas, y pensaré en los conejos de Chardin del Museo de Amiens (1755), donde a buen seguro aprendió Renoir los reflejos azules para sus carnaciones.

Chardin:
Museo Nacional del Prado 1 marzo-29 mayo 2011
Edificio Jerónimos planta 0 salas A-B

Nace con este fado, certero y conmovedor, el blog donde dar cauce a las cosas que me rondan.
Gracias a Amália Rodrigues, que me lo dejó tan claro.

Foi por vontade de Deus
que eu vivo nesta ansiedade
que todos os ais são meus
que é toda minha a saudade
foi por vontade de Deus

que estranha forma de vida
tem este meu coração
vive de vida perdida
quem lhe daria o condão
que estranha forma de vida

coração independente
coração que não comando
vives perdido entre a gente
teimosamente sangrando
coração independente

eu não te acompanho mais
para deixa de bater
se não sabes onde vais
porque teimas em correr
eu não te acompanho mais