Cuánto tiempo hacía que no daba con vosotros,
sonidos excitantes,
tersos
efusivos
todo os lo consiento hasta mañana
apuraos pues.
Breve es la despedida,
mis angelicales púberes,
cantadme y no penséis.
Tan insultantemente vivos e inconscientes
valerosos
arrasad mi ayer.
Quede el vacío, el olvido y el silencio
que se cubran con el neoclasicismo que vendrá después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.