Ese confuso sentimiento entre gratificante y liberador, no por suspender en si al (segundo) alumno de más alto cociente intelectual con quien me he cruzado en un aula -pues tanta estima le tengo como al resto-, sino porque me parece estar pillando en un insuficiente a su mismísimo antecesor, que tanto se merece mi ira y mi bofetada...
Hacéis bien en rezar, pues vive Dios que mañana se os va a caer el pelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.