¡Qué exhorbitantes las historias de mi compañero filósofo entre la necrofilia y la resurrección!
Y qué aguerridas las tácticas de otro para pedirme el teléfono entre plañidero y sufridor (¡cólicos me provoca!).
Historias tristes
renuncias dolorosas
futuros mutilados
y regreso al Ecuador.
Coraggio para los que nos quedamos
y a plantar cara a la gente sin sabor (que en sus clases de la Escuela de Idiomas nos obligan con veneración a leer The hunger games):
"...permítame cambiar por uno de estos dos"...
-así me cueste el suspenso-.
Indómita soy yo para estas lides, y esto sí es para mi motivo de insubordinación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.