Si todo fuera tan fácil como ver obras expuestas, escoger la preferida, pujar y hacerse con ella.
Pero lo cierto es que nada se expone abiertamente, a ratos la obra es odiosa, la puja no es convincente y hay otras obras llamando la atención...
(En fin, que a última hora no llegó la sangre al río y el cuadrito en cuestión, al que eché los tejos tiempo atrás, ya duerme en casa).
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