Cómo acuden a mi memoria en este instante aquellos primorosos trabajos de insonorización de mi época “decorista” en bares periféricos, con lana de roca y una doble capa de pladur, tan prestos para emparedar a alguien en el medio hasta que no se le vuelva a sentir ni respirar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.