Así que calculó que podría llegar a una misa más tarde y que aún le daría tiempo.
-Felicidades mamá.
No le parecía que se dirigiera a ella. Avanzaba desgarbado, con la piel negra y mucho más negra aún de tanta suciedad, a más de tres zancadas de donde ella estaba comparando los colores del enjuague bucal.
-No soy mamá.
-¿Todavía no?
Foto de Elinor Carucci
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.